Τετάρτη 9 Δεκεμβρίου 2015

UN LUGAR DE VACACIONES



La reunión de aquella tarde tenía como objetivo la selección del lugar para pasar las próximas vacaciones. Las preferencias, opiniones y deseos eran múltiples. Unos querían repetir, por una vez más, el mismo lugar en el interior del país y otros preferían disfrutar de un viaje por el  extranjero. Aunque tenían confianza en mis sugerencias sentí que mi papel de poner las cosas en orden y satisfacer a todos sería difícil. Finalmente les expliqué que se acabó lo de ir siempre al mismo lugar. Tenían que aprovechar para conocer otros lugares non solo para enriquecer sus conocimientos sino también para aprender cómo vivían y cómo viven otros pueblos. Entonces les propuse un corto viaje a Egipto, una tierra de contrastes compuesta por hermosos paisajes desérticos dotados del esplendor que les otorga el inagotable río Nilo.

El Cairo era nuestra puerta de entrada. Se trata de una capital que es considerada al mismo tiempo como la mayor ciudad del mundo árabe. Desde los primeros momentos en esta tierra sentimos el olor del misterio y de la magia que surgen en la atmósfera. La piel oscura, la larga túnica de color blanco, el turbante, todo escondido tras una sonrisa interminable de los egipcios nos dejó  entender que nuestra expedición terminaría con muy buenas impresiones. Es verdad que, a pesar de la pobreza que se nota en varios aspectos de la vida, los egipcios son bondadosos, sonrientes y serviciales. Sienten una amistad profunda por los griegos quizás porque convivieron con una gran comunidad que ayudó verdaderamente al  comercio, a las letras y al desarrollo dejando en su país edificios como escuelas, iglesias, orfanato, hospital, etc., etc.

Una vez en el Cairo es obligatorio visitar el Museo Egipcio con la colección más impresionante de la etapa faraónica en su interior. Y no sólo esto. Las olas que invadieron la región dejaron los residuos de sus culturas de modo que los tesoros expuestos en el Museo cuentan con cientos de imágenes encontradas en templos y tumbas que representan a antiguas divinidades, momias de la época del Egipto faraónico así como obras de la cultura grecorromana que le sucedió.

Otros lugares de interés son La Gran Pirámide de Guiza, considerada la más antigua de las siete maravillas del mundo, la Gran Esfinge con mirada enigmática, las compras en el famoso Khan el Khalili bazaar caminando por sus pequeñas callejuelas. Un lugar ideal para los amantes del regateo que se hace, normalmente, entre una taza de karkande, tipo de té con hojas secas de la planta ibiscus, y el intento fracasado del tendero para vender sus mercancías a un precio elevado.

Antes de terminar nuestra breve estancia de 4 días, decidimos saborear algo de la vida nocturna del  Cairo. Esto significa asistir a una interpretación de la danza del vientre. En el bar elegido la bailarina se balanceaba al ritmo de  los sonidos de una danza folclórica con movimientos suaves y fluidos, disociando y coordinando a la vez las diferentes partes del cuerpo. Los brazos iban a un ritmo diferente del que iba marcando la cadera. La cadera, el vientre, los músculos abdominales, los hombros, todo, toda la danza se relacionaba con la vida puesto que los movimientos ondulatorios simbolizan la tristeza, en cambio los movimientos rápidos expresan la alegría.

Cuando llegó el momento de despedirnos, los rostros mostraban mal humor. Todos se sentían absortos en sus pensamientos. No cabe duda, les hubiera gustado permanecer más si hubiéramos tenido el tiempo y los recursos para prolongar nuestra estancia. Por eso les prometí,  para la próxima visita, organizar un crucero por las aguas del Nilo que ejerce de columna vertebral de Egipto y presume de haber enmarcado una de las civilizaciones más espléndidas del mundo antiguo.

Vicky Ververoglou


10.11.2015

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